My thoughts about Wind River: who could have predicted that one of the Olsen sisters (yes, Full House) would become such an incredible actress. Besides, this film has two of the best Mexican standoff’s since Reservoir Dogs (very à la Sam Peckinpah), but not Pulp Fiction here, just pure, unfiltered grit. Kudos to Taylor Sheridan for the script… although not as good as his previous Hell or High Water, this is still a killer, killer film…
Buenos Aires, Argentina, 2010
Link to the website of this compilation.
Download Oliver Glave’s participation in the PLUP collection.
Pilgrim project of poetic compilation, based on small travel books from Latin American authors and distributed in different places around the continent. In the words of its authors: “A book similar to the one you have in your hands is being distributed at this moment around the routes of Latin America, abandoned in bars, slipped in bags of travelers, shared by unthinkable hands, from Argentina to Mexico City. An identical book is being discovered by eyes equals to yours. Read it, makes some copies, pass it on.”
Oliver-PLUP-Front-and-Back
Due to the recent Novel Prize awarded to Kazuo Ishiguro, I have allowed myself to post a review of this masterpiece, The remains of the day, published on Le Monde Diplomatique, peruvian edition, circa 2009:
Los restos del día
Kazuo Ishiguro
Anagrama, 1998
Con un dominio absoluto del lenguaje de un viejo caballero inglés, Ishiguro narra las vicisitudes que implicaba una vida orientada por completo al servicio de otros, más concretamente, la vida de Mr. Stevens, agotado representante de una casta casi al borde de la extinción; la de los antiguos mayordomos ingleses. La sutileza extrema con la que el autor sigue las vivencias de dicho personaje, ejemplo máximo de la abnegación y quizás último de su especie, nos permite ser partícipes de sus reflexiones en torno a lo que significaba — para un sirviente de aquella época — una vida digna, plena de sentido. En su caso, ésta habría alcanzado el cénit al servir a Lord Darlington, tradicional representante de la nobleza inglesa, y a quien Stevens consideraba de la más alta talla moral, a pesar de haber acabado sus días repudiado por haber intentado un aproximación entre la Corona Inglesa y el régimen Nazi de la pre-guerra.
Las vivencias de Stevens dan cuenta de los entretelones de una mansión plagada por conferencias de paz internacionales y extraoficiales -post Versalles-, diplomáticos de todas las nacionalidades, y salones en donde se decidirían — parafraseando al protagonista — asuntos de suma importancia para el futuro de la humanidad. Las motivaciones más oscuras de tales hombres quedan en evidencia y desautorizan, por momentos, su justificación de vida. Estas experiencias se ven, a su vez, embebidas en el afecto que nace hacia Mrs. Kenton — tenaz ama de llaves de la casa — y que da inicio a una relación de mutua y genuina admiración, relación que luego es oscurecida por el deber y las reacias estructuras mentales y afectivas, consecuencia de una vida de sacrificios.
La novela, al igual que su adaptación cinematográfica, la novela roza los límites de una gran obra de arte. Casi totalitaria y meditativa como pocas, los niveles de profundidad de las abstracciones y apologías de un ser humano son llevados a nuevos extremos. Una novela clásica. Ganadora del Premio Booker (1989).
Oliver Glave, 2009
Había tenido ya la oportunidad de leer “Le bleu est une couleur chaude” de#JulieMaroh y si bien la considero una obra tiernísima, la extrapolación que del cómic logra #Kechiche en “La Vie d’Adèle: Chapitres 1 et 2” pertenece a otro rango creativo.
Todo en esta película es devastador; desde la negación de la propia sexualidad hasta el rigor con el que se atestigua la madurez afectiva.
Mucho se ha hablado de los excesos durante el rodaje y, más recientemente, las puyas públicas entre las actrices y el director han contribuido a minimizar el aura de la obra. No obstante, haciendo uso de recursos elementales, Kechiche forja un mensaje universal y nos hace, de paso, partícipes de pura humanidad.
Me gustaría poder decir que todos tenemos algo que aprender de Adèle. Pero incluso ello resulta doloroso.
#blueisthewarmestcolor
——
I already had the opportunity of reading #JulieMaroh’s “Le bleu est une couleur chaude” and although I consider it a very tender work, the extrapolation that #Kechiche achieves from the comic in “La Vie d’Adèle: Chapitres 1 et 2” belongs, I feel, to another creative range.
Everything in this film is devastating; from the denial of one’s own sexuality to the rigour with which the emotional maturity is attested.
Much has been said about the excesses during the shooting and, more recently, the public gibes between the actresses and the director have helped to diminish the aura of the work. However, by making use of very basic resources, Kechiche forges a universal message and allows us, incidentally, to feel part of the human genre.
I wish I could say that we all have something to learn from Adèle. But even that is painful.
#blueisthewarmestcolor
——
Lima, Perú, 14-20 de Abril de 2013
Curaduría: Lucía Pardo y Nicolás Tarnawiecki
Licencia es una muestra bipersonal en la que tres instalaciones de la artista plástica Valeria Ghezzi (Lima, 1974) dialogan con dos piezas conceptuales del poeta y artista visual Oliver Glave (Lima, 1977). La muestra gira en torno a la direccionalidad que el arte contemporáneo parece tomar en estos días. Ambas propuestas abordan aspectos de la obra de arte en plena transformación como la autoría y la producción artística en medio de espacios y temporalidades fuertemente influenciados por el ocio y las redes sociales virtuales. A partir de dos obras -un objeto y un trabajo conceptual-, Oliver Glave parte de la poesía concreta y la estética del Facebook para cuestionar y proyectar en el tiempo, una realidad donde las ideas de artista y obra de arte se han transformado en meros vestigios del pasado, para dar paso a una nueva experiencia donde la obra pasa a ser propiedad de una pluralidad de subjetividades que crean de manera conjunta. En su propuesta se busca contrastar una estética del pasado, con una estética relacional que supone la interacción con otros o la creación colectiva. Desde la plástica, Valeria Ghezzi reflexiona acerca de la labor artística y sobre el tipo de conciencia que está en juego, en actividades como los pasatiempos. Ayudada del imaginario del viaje y la correspondencia, el desplazamiento de imágenes en plena globalización y momentos de la historia del arte que deconstruye, Ghezzi invita a trivializar ciertas ideas arraigadas en la producción artística y a contemplar el ocio como algo serio y trascendente, que quizá sea, una manera válida de transformar el discurso artístico en nuestros días.
